Axe apareció en la segunda mitad de los años ochenta en el mercado de los desodorantes con una idea revolucionaria: proponer una serie de fragancias variadas en lugar de un aroma único, como ocurría con el resto.
Mientras Impulse le prometía a las mujeres que los hombres saldrían corriendo a regalarle flores, Axe -con su famosa frase "La primera impresión es la que cuenta"- cumplía la fantasía machista de que todas las mujeres caerían rendidas a sus pies.
El éxito de ventas hizo que en los 90 se lanzaran otros productos de la marca, como la espuma de afeitar y la colonia.
¿La rubia o la morocha? ¿O las dos?
Horacio Cabak, a la vera de la Ruta 66.
Otra de la serie del lejano oeste.
1 comentario:
Junto con la ilusión de que todas las mujeres iban a caer rendidas, la marca vendía la ilusión de que el after shave no te iba a arder si te lo ponías despues de afeitarte. Las veces que salté hasta el techo tratando de imitar a Kabak... jajajajajj
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