La TV indefinida

El 98 fue una etapa difícil para Canal 9. A fines del año anterior Romay se desvinculó y los nuevos accionistas despidieron a Rodolfo Ledo, quien había armado la programación para arrancar el verano. El esquema que había planteado el creador de Sin Condena era un bloque entre las 20 y las 22 con cuatro telecomedias diarias de media hora cada una. Todo esto se desmanteló, se redefinió y terminó convirtiéndose en cuatro programas semanales que fracasaron estrepitosamente.
Uno de ellos fue Son o se hacen, un programa que se animaba a jugar con la ambigüedad sexual de sus protagonistas: Rodrigo de la Serna, Walter Quiroz, Julieta Ortega y Carolina Fal. Desde el primer capítulo se notó que el director Diego Kaplan se aprovechó de la acefalía y el descontrol reinante en Canal 9, para hacer lo que realmente se le daba la gana. Un humor delirante, autorreferencial y que se burlaba hasta de los programas que competían con él (De la Serna "jugaba" a ser Diego Torres -y su famoso "guaaaardiaaaaas" en un capítulo que competía con la emisión de La furia en Telefe) terminaron haciendo de Son o se hacen un programa de culto, con un capítulo final que se emitió en una disco de Buenos Aires, con público y elenco reunidos.