Un programa hecho para la mona (Parte II)

(ver Parte I) Moria Banana fue una de las grandes apuestas de la temporada 95 en Canal 9. Por eso, para la avant premiere Romay salió por los pasillos de Gelly y agarró todo lo que encontraba para llenar la tribuna del programa. Así, en un ejercicio de eclecticismo farandulesco, podemos visualizar en las gradas desde un Paki Galé a una Adriana Gardiazábal, pasando por Pipo Cipolatti, Miguel Jordán, Cristina Tejedor y Beatriz Dia Quiroga. Mientras tanto, en primera fila se ubicaban Ana María Campoy, Irma Córdoba y las hermanas Quesada para desearle muchos años de éxito a este ciclo, que lograría permanecer en el aire sólo unos pocos meses.



Suele decirse que la belleza es subjetiva, algo que no deja de ser cierto. Sino, es difícil comprender que alguien describa con tanto entusiasmo una escenografía tan pero tan berreta. Ubicados sobre la fruta que daba título al programa, Moria y la megaestrella internacional de la música (¿?) Wilkins, comparten este momento inolvidable, en el que el intérprete de Sopa de caracol asegura que es la primera vez que se sienta en una banana. Cosa que no estamos en condiciones de asegurar que sea cierta.



Si el objetivo de Moria Banana era convertirse en el nuevo Hola Susana, era fundamental que el programa contara con juegos y premios. Buscando adelantarse unos lustros en la interactividad de la pantalla, una de las vedettes del ciclo era el sensacional pimball telefónico. Algo tan entretenido que ayuda a comprender por qué este programa fue un fracaso en audiencia:

Dígale Si

Algunos hablan del conflicto en Kraft, pero muchos otros hablan de Terrabusi, porque así es como la conocemos todos. Un conflicto de meses sin resolverse termina, para variar, con hechos violentos.
Otro tiempo, otra realidad: paradójicamente, en una fábrica abandonada, la señorita Tita y la señorita Rhodesia grababan a un ritmo ultramoderno un videoclip en homenaje a dos de las golosinas más famosas de la argentina.



Hoy, estas dos señoritas, abandonaron el baile y se encuentran cortando las rutas en defensa de sus fuentes de trabajo.

Luz de medio día

Finalmente, nueve meses después, la TV dió a luz. Fue un parto, pero las restricciones en los horarios de transmisión que habían comenzado en enero del 89, finalmente se flexibilizaban un poco y hacia fines de septiembre de ese año se "habilitó" el horario del mediodía, entre las 12 y las 14 hs.


¿Qué programas comenzaron a emitirse?
La medida fue bastante repentina, por lo que los canales debieron improvisar una programación para cubrir esas dos nuevas horas de aire.



ATC programó Dibujos animados para las 12 y el noticiero Buenas Tardes País para las 13. Unas semanas después, en el horario de las 12 ubicó el magazine de servicios Para Ud. Lo Mejor.

Canal 9 ubicó a las 12 el Créase o no de Ripley, conducido por Jack Palance, que había logrado buen rating en temporadas anteriores.



Y una hora después la primera edición de Nuevediario.

Canal 11 arrancaba con la "primera edición" de su Noticiero de las 12 y a continuación la "primera edición" de La ola verde, que en poco tiempo se desprendería en La hora de Grock (en TeveDos), Flavia está de fiesta (Canal 9) y La nueva ola verde (con Liliana y Noemí Serantes, por Canal 11).

El pase del año. En el 89 Grock se convertía en el dueño de su propio programa, por Canal 2.

Canal 13 iniciaba sus transmisiones del mediodía con Realidad '89 y a las 13 repetía la telecomedia Los otros y nosotros, de Mario Millán (que no era otro que ¡Rodolfo Ledo!), protagonizada por Silvia Montanari y Rodolfo Bebán.


Los otros y nosotros. Atrás: Florencia Peña, Adrián Suar y Gloria Carrá. De izquierda a derecha: Magalí Moro, Roberto Antier, Rodolfo Bebán, Silvia Montanari y Arturo Maly.

Ella era psicóloga, feminista y divorciada y tenía tres hijos varones: Germán Palacios, Diego Torres y Adrián Suar. El era vendedor de autos y viudo con tres hijas mujeres: Magalí Moro, Gloria Carrá y Florencia Peña. Un clásico crash & crush (se conocían a partir de un choque de autos) era el comienzo de esta historia que se había emitido en formato semanal los miércoles a las 22 por Canal 13, que ahora lo repetía como tira diaria porque el ciclo ya tenía confirmado el pase a Canal 9 para una nueva temporada.

Poco tiempo después, el horario de las 13 fue ocupado por Así son los míos, una de las pocas nuevas producciones de ficción del paupérrimo año 1989.

Dos nuevas horas se habían sumado a la televisión, pero los contenidos fueron en su mayoría un relleno, dado que el contexto económico no ayudaba y la privatización de los canales 11 y 13 era inminente.

Picnic de primavera

¡Tenía que ser el Chiche del nueve! ¡No tuvo mejor idea que andar molestando a las abejas en su panal y el Profesor Grondona y la Señorita Ruiz Guiñazú casi terminan llenos de picaduras!



El día de la primavera es el día del estudiante, así que no hay mejor plan que irnos de picnic con los chicos de Socorro Quinto Año y hablar un poco de cosas embarazosas. Porque, además, el calendario hizo que este año 21 de septiembre caiga lunes... y ya sabemos quién es el dueño de esos días en Resiste un Archivo. Aquí, un Ledo auténtico y feliz primavera para todos:

Le salió el indio

Como contrapartida trasnochada del Kenia Sharp Club de ATC, se ubicaba simultánea o alternativamente en Canal 2 o Canal 13 la Trasnoche Aurora Grundig, donde las tandas eran propiedad absoluta del Grande Jefe, una suerte de CEO del plan Ahorra Grande Aurora Grundig. Este indígena llegado desde la lejana Tierra del Fuego (donde se ubicaban las fábricas de estas marcas, hoy convertidas en cooperativas tras la expropiación), se ocupaba de vendernos -en riguroso smoking y plumas- los beneficios de Usted Cumplir Usted Ganar, donde podían obtenerse una serie de premios por pagar las cuotas en término.



Como ocurre en la mayoría de los casos, al Grande Jefe se le fueron desacomodando las plumas y empezó a ser un poco más picante:



Pocas frases lograron instalarse en la historia publicitaria autóctona, como la famosa "caro... pero el mejor". Paradógicamente, los comerciales de esta marca fueron los más baratos de la historia. Aquí un recuerdo clásico de éstos, donde todo lo que no era Grundig o Aurora, se mencionaba despectivamente como "Marca Pirulo" o "Truchex":

Un hogar moderno

¿Un televisor con control remoto expulsable? ¿Una consola de video juegos? ¿Una cocina con barbacoa incorporada? En las medianoches de ATC uno podía soñar también con una casa a la vanguardia de la tecnología con el catálogo de productos promocionados en el Kenia Sharp Club:



Los fantasmas del movimiento feminista se hacen realidad en esta publicidad de lavarropas Eslabón de Lujo, en el que esta ama de casa de inocente apariencia exclama: ¡Yo lo manejo y el responde!:



Y por último, el electrodoméstico que nunca logró obtener un término en español: el freezer, ese gran invento que desterró al viejo y limitado congelador, que permite alojar alimentos durante meses y meses, hasta que uno desubra que en el fondo se encuentra una bandeja de carne picada etiquetada seis años atrás y que seguramente transforme al que la consuma en un pez de Springfield.

Un programa hecho para la mona

Desde que Susana Giménez se convirtió en una estrella indiscutida de la televisión, con Hola Susana, siempre estuvo pendiente en las mentes de los popes de la tevé, hacer lo propio con Moria Casán. Una rubia y la otra morocha se habían convertido en la clásica compañía femenina de Alberto Olmedo y Jorge Porcel en muchos de los clásicos del cine picaresco nacional.
Con la diva de los teléfonos instaladísima en la franja de las 20 de Telefé, en el año 95 Alejandro Romay decidió que era momento de lanzar a la otrora Monumental estrella como dueña y señora de las noches de su canal 9, todos los días en el horario de las 21.
Fue una de las grandes apuestas del año, por lo que el Zar decidió tirar toda la carne al asador... pero fiel a su estilo, en esa parrilla no hubo ni lomo ni vacío, sino los cortes más baratos y grasosos.
Todo el programa quedaría resumido en lo delicado y sutil de su título: Moria Banana.

Aquí el spot incógnita del lanzamiento de este vergonzoso engendro televisivo:



Y a continuación, las primeras imágenes del primer programa. Berretas, improvisadas y desprolijas. ¿A qué les suenan estas palabras? ¿Quién será el productor de este ciclo?



¡No era otro que el dueño de los lunes de Resiste un archivo!
Continuará.

La pantalla chica y los chicos

A partir de este momento finaliza el horario de protección al menor. La permanencia de los niños frente al televisor es exclusiva responsabilidad de los señores padres.

Este pequeño discurso que puntualmente se anunciaba todas las noches a las 22, en todos los canales de aire, marcaba un quiebre en los contenidos de la televisión. Puede llegar a parecer increíble, pero hubo una época en que la TV no podía mostrar desnudos o pronunciar "malas palabras" antes de las diez de la noche. Y hubo un tiempo anterior a 1983, en que ésto estaba prohibido en cualquier horario. Los programas de producción local lo evitaban y las películas eran censuradas, recortadas.
Con la llegada de la democracia, llegó también una suerte de destape -del que también fue parte la TV- en el que se empezaba a mostrar películas de contenido más adulto. Claro que, en un principio, las reglas de juego no estaban muy claras, existía un cierto resquemor por parte de los canales, por lo que cada vez que en una película se acercaba un momento candente, en la pantalla aparecía un intimidatorio cartel como éste:



El programa paradigmático del destape cinematográfico fue, sin lugar a dudas, Función Privada. A partir de 1984 proyectó películas que habían estado prohibidas en los cines en los años anteriores, convirtiendo a ese espacio en un oasis de la libertad, en donde muchos tuvieron la oportunidad de descubrir a grandes directores, grandes actores y actrices y grandes pechos, como los de Isabel Sarli. Este segmento sirve para comprender la dificultosa tarea de estrenar cine con calificación "para mayores de 18 años" en televisión:



La TV incorporó, en un principio, el criterio de las salas cinematográficas para calificar las películas que emitía. Estos eran:
Apta para todo público.
Sólo apta para mayores de 13 años.
Sólo apta para mayores de 13 años con reservas.
Sólo apta para mayores de 16 años.
Sólo apta para mayores de 18 años.

Hacia 1986 el ComFeR dictaminó que la TV no podía emitir películas que hubiesen sido calificadas como prohibidas para menores de 18 años en los cines. Así fue que Canal 9 debió levantar el ciclo Bajo el signo de Aries (donde se veían las películas del estudio homónimo: desde Expertos en pinchazos a Tiempo de revancha) y Canal 13 se vio obligado a reprogramar los títulos de El mundo del espectáculo, donde se iban a proyectar películas tan disímiles como La profecía o El resplandor.

El paso del tiempo fue debilitando estas limitaciones y la pantalla chica fue creciendo en contenidos orientados a los adultos y tal vez olvidándose por completo de que del otro lado había chicos.

Las últimas condenas

Este lunes compartiremos el último especial de Sin Condena, recordando algunos de los episodios basados en los casos más polémicos de la historia reciente. Leyendo las reseñas y los elencos, podríamos llegar a la conclusión de que para hacer este programa se había conformado una suerte de "clan Ledo", que en sus cúpulas albergaba a Luis Luque, Silvina Rada, Lara Zimmerman y Germán Palacios, como los más recurrentes en los distintos episodios.
Nos hubiera encantado poder tener en este espacio a algunos momentos irrepetibles de este ciclo, como por ejemplo a Ulises Dumont en el papel de la travesti Mariela o a Norman Brisky interpretando al dentista Ricardo "Conchita" Barreda, pero hay que comprender que Resiste no es el Archivo General de la Nación y no tiene acceso a todo lo que le gustaría.
Tal vez en algún futuro nos encontremos con una suerte de "segunda temporada" de los lunes de Sin Condena, pero hoy cerramos estos informes con los siguientes recortes de la desaparecida revista TeleClic:

Hace 20 años: los ratings de julio de 1989

¿Qué programas lideraban la audiencia 20 años atrás?

Julio del 89: Menem asumía la presidencia y la inflación y el dolar eran el tema del día. Los horarios de transmisión seguían recortados entre las 18 y las 02 hs. En ese contexto, ¿qué es lo que veía en la televisión?



Nuevediario (Canal 9, lun. a vie. 20 hs) alcanzaba el infernal, envidiado e increíble promedio de 38.9 puntos, algo que hoy en día consigue -con suerte- un partido importante de fútbol. Este rating toma dimensiones aún mayores, teniendo en cuenta que competía con otros dos noticieros (Buenas noches País y Canal 13 Informa, que con 19.8 de promedio ocupaba el puesto número 13).



El contexto político llevó a que Tiempo Nuevo ocupara el puesto número 8 con 22.2 puntos. Era el único programa de TeVeDos en la tabla y el único dentro del los 10 primeros que no era de Canal 9.



Otro dato significativo -teniendo en cuenta la TV de 2009- era que el cuatro lugar, con más de 30 puntos, estuviera un programa de tango.

Por otro lado, La ola verde y Martillo Hammer eran los dos programas más vistos de Canal 11 y El mundo de Antonio Gasalla el único destacado de ATC.

Aquí la lista completa de los 30 primeros:

Los colimbas no se divierten

Hace quince años, el 31 de agosto de 1994, el Presidente Carlos Menem suspendía la ley de Servicio Militar Obligatorio.

Joven Argentino: si tenías 18 años hasta 1994, sabías que un sorteo -muy parecido al de la lotería que hoy se ve en Crónica TV- marcaría el destino de los próximos meses de tu vida. Si los últimos tres números de tu documento correspondían a una bolilla con número "alto", era muy probable que tuvieses que ingresar al Servicio Militar Obligatorio. Nunca un pie plano o una miopía contundente iban a ser tan deseadas y anheladas.
En 1993, Siglo XX Cambalache hacía este informe sobre el surgimiento de este sistema:



Un año después, la muerte de un conscripto en Mendoza, Omar Carrasco, fue el detonante para un debate que se venía dando hace tiempo sobre la validez de esta modalidad de reclutamiento y así se puso fin a 93 años de "colimba". Este fue el spot televisivo que anunciaba esa resolución:



Como no podía ser de otra manera, nuestro ciclo fetiche le dedicaba un capítulo a este caso: