Ya volvemos

Este blog se toma un descanso por unas semanas, pero queda mucho por rescatar del archivo. Quédese en Resiste para ver más de la historia de nuestra tele, muy pronto.

El último (que apague la luz)

Entre el maravilloso material que puso al aire el día de ayer la TV Pública con motivo de los 60 años de la televisión en nuestro país, rescatamos este segmento inédito de un momento único: el último día que Canal 7 transmitió desde Alem y Viamonte, previo a la mudanza al edificio de Figueroa Alcorta y Tagle. En las imágenes podemos ver un monitor que emite las imágenes de cierre del día 3 de diciembre de 1978. Luego, un grupo de trabajadores del canal, conversa respecto al cambio de sede de la emisora.



En la pantalla podemos ver, además, el logo identificador del canal aquel año, en el que transmitió el mundial de fútbol:

Sesenta

El 17 de octubre de 1951 era un día miércoles y feriado, por cumplirse el sexto aniversario del Día de la Lealtad. Aquella tarde, el entonces Presidente y su esposa se iban a convertir en los primeros rostos en aparecer en la televisión argentina, a través de LR3 Radio Belgrano Televisión Canal 7. Fueron los rostros, pero sin movimiento, porque lo que se transmitió fue una foto fija de ambos, con el audio de los discursos.


Samuel Yankelevich y Enrique Susini, haciendo las pruebas de cámaras aquel 17 de octubre de 1951.


Los equipos dentro de la Casa Rosada, listos para la transmisión inaugural.

Muy poca gente fue testigo de esta transmisión: se calculaba que en la ciudad de Buenos Aires apeñas contaba con 30 aparatos de televisión, la mayoría en comercios y bares, donde la gente se agolpó para descubrir este sorprendente invento. Si calculamos unos 30 curiosos por vidriera y 30 aparatos encendidos, la audiencia estimada no alcanzó las 1000 personas, algo así como 0.01 puntos de rating de hoy en día.
El diario El Mundo reflejaba con estas palabras el acontecimiento:

«Vidrieras de Florida, avenida Sáenz Peña, Balcarce y otros lugares próximos, agruparon racimos humanos que, manifestadamente sorprendidos por la perfección del invento recién incorporado a nuestra metrópoli, pudieron seguir todos los principales detalles del magno acto.»

Luego de esta suerte de "acto inaugural", los días que se sucedieron no contaron con una programación definida, sino que se trató más de ejercicios de ajuste. Recién el 3 de noviembre arrancaron las transmisiones de cinco horas, de 16 a 19 y luego de 21 a 23.
Hoy, al cumplir sus primeros 60 años, y con un promedio de 100 canales transmitiendo las 24 horas (2400 horas diarias de programación frente a aquellas tímidas cinco de noviembre de 1951) alcanzan para tomar dimensión del crecimiento de este medio de comunicación. En el momento de su aparición muchos auguraron la muerte de la radio y el cine. Hoy es la televisión la que enfrenta nuevas competencias, como Internet. Pero a pesar de lo vertiginoso de los cambios tecnológicos, esta sexagenaria televisión argentina parece tener todavía muchos años por delante. 

Hace 20 años: Política, farándula, SIDA y polémica

El enamoramiento entre Menem y la farándula tuvo su climax en aquel videoclip muy en el USA-for-Africa-style, que en 1991 se utlizó como campaña de prevención del SIDA. No sabemos si en ese enamoramiento, en plena era de las relaciones carnales, se utilizó preservativo, porque una de las sorpresivas características de ese aviso fue que en ningún momento se hacía mención al amigo de látex.
 

En cambio, el ex Presidente, rodeado por Xuxa, Susana Giménez, Carlín Calvo, Pablo Rago, Flavia Palmiero, Marcelo Tinelli, Gerardo Sofovich, Adelina Dalesio de Viola, Silvio Soldán, Patricia Miccio, Julio Bocca y Guillermo Francella, entre otros, entonaban una bonita canción, para la que prestaron sus voces Valeria Lynch, Palito Ortega, Marcelo San Juan, César Banana Pueyrredón, Adriana Varela, Sandro, Guillermo Guido, Xuxa, Flavia Palmiero y… ¡Susana Giménez!.
La dirección estuvo a cargo de Juan José Jusid y la creatividad publicitaria fue de Soares Gache Zimmermann. Se grabó en los estudios de ATC el 27 de septiembre y se puso al aire a mediados de octubre, con un costo de realización de un millón de dólares.
Las críticas y la polémica no tardaron en llegar, puntualizadas fundamentalmente en la falta de contenido acerca de los métodos de prevención y, en segundo lugar, en la estética de ese mix noventista entre farándula y política que por esos días estaba en su máximo esplendor.

Los últimos días de la TV de la Alianza

Corría el mes de octubre de 2001 y con el fracaso en las elecciones legislativas, se sellaría el destino del gobierno de Fernando de la Rúa, que en poco más de dos meses terminaría volando por el aire. Mientras tanto, en el aire de la televisión pública -que hacía poco tiempo había adoptado el nombre de Canal 7 Argentina- se ofrecían entre otros estos ciclos:


Victor Hugo Morales estaba al frente de Desayuno. Casualmente, una de las noticias principales que se anunciaba era un viaje de Cavallo a los Estados Unidos, un clásico de la actualidad política de ese momento. Mientras, el pobre de Pepe Pompín debía poner cara de poker ante una noticia poco feliz.


Mirtha Legrand había desembarcado en el canal estatal, luego de ser expulsada primero de Canal 9 y luego de América TV.


La ficción de la noche eran estas historias unitarias, que transcurrían en un café que llevaba el mismo nombre que el programa. La particularidad era que el bar "El cortado" funcionaba como tal mientras no se usaba para grabar esta tira y todavía hoy quedan sus ruinas (con los carteles con el logo de este ciclo) en una esquina de Cabrera y Julián Alvarez, en el barrio de Palermo.


Laura Ubfal y Angel de Brito realizaban simultáneamente con la radio La linterna TV, un programa de espectáculos en la medianoche del canal.

Sex and the City of Buenos Aires

Un día como hoy, pero en 2001 se estrenaba por Telefe la comedia Cuatro amigas, una producción de Marcelo Tinelli afanosamente inspirada en la serie Sex and the City, que desde 1998 emitía HBO. Las amigas en cuestión eran Inés Estévez, Paola Krum, Mirtha Busnelli y Valeria Bertuccelli, que además de cancheras, profesionales y modernas, se la pasaban hablando de sexo. Las coincidencias con el formato americano eran enormes y había escenas que parecían calcadas cuadro a cuadro, como la del episodio en que el personaje de Paola Krum descubre que el miembro de su partenaire es muy muy muuuuuuuy pequeño. Casi tan pequeño como el ingenio para crear un libreto original por parte de los autores.